A la Selva de Oza por la calzada romana y vuelta por el camino de los Ganchos

Recorrido circular entre el  puente de Santa Ana y Oza. Se propone ascender por la calzada romana por la margen derecha y posteriormente coger el camino histórico de Oza por la otra margen. El descenso se propone por carretera hasta el campamento de San Juan de Dios y posteriormente coger el espectacular camino de los Ganchos para salir de nuevo a las planas de Santa Ana.

Información general

MIDE

Información cartográfica y descargas

Detalle del recorrido

Descripción de la ruta
La ruta asciende hacia la Selva de Oza por la antigua calzada romana por la margen derecha del río Aragón Subordan marcada como GR 11. Lleva dirección predominante noroeste y se desplaza en su mitad superior por la parte superior de los cantiles situados al oeste de la Boca del Infierno. Tras descender al curso del río lo cruza y pasa a avanzar por la margen derecha por dos sucesivos tramos de camino que se ven obligados a ganar altura en dos ocasiones con respecto al cauce para salvar los afloramientos rocosos. Tras cruzar el barranco de la Espata retorna hacia el río ya en el entorno de la Selva de Oza. Para el retorno se propone seguir la carretera hacia el sur hasta el entorno del campamento de San Juan de Dios donde lo habíamos cruzado antes. Allí cruzaremos de nuevo el río por una pasarela a coger el camino de los ganchos que comienza hacia el sureste para ganar altura y posteriormente toma dirección sur y luego suroeste situándose por encima de los resaltos rocosos situados al este de la Boca del Infierno y al pie de los cantiles occidentales de la Peña Agüerri. Finalmente sale a la faldas inferiores y más occidentales de la cara sur de Peña Agüerri y desciende hacia el barranco. Lo cruza por una pasarela metálica para coger una pista que hacia el oeste le retorna al puente de Santa Ana y al punto de partida.

Interés de la ruta
La ruta presenta un gran interés por la riqueza y variedad de los paisajes que recorre donde destaca especialmente las densas y diversas masas arbóreas que recorre y que se contemplan y el entorno geomorfológico de la Boca del Infierno. A ello hay que unir la mano del hombre para en estos angostos desfiladeros abrir vías de comunicación y construir estructuras defensivas en una enclave de gran interés histórico en las comunicaciones entre la península ibérica y Francia. El camino en su inicio transita por la antigua calzada romana que presenta tramos de gran espectacularidad por la entidad de las obras acometidas para facilitar el tránsito de mercancías por esta vía de comunicación como muros y empedrados y la existencia de ruinas de estructuras defensivas como sendos castillos, uno de ellos relativamente muy bien conservado. Desde este camino se tienen impresionantes vistas hacia el valle de Hecho que se desarrolla al sur y de la floresta que coloniza todos los espacios que no son cantiles de la margen derecha por la que retornaremos y . Se ven masas de encinar en la cara sur, hayedos y masas mixtas en las laderas más protegidas y pinares que colonizan las laderas superiores o más rocosas. Apenas se puede adivinar el curso del río Aragón Subordán muy encañonado en esta primera mitad del recorrido. Ya desde el campamento de San Juan de Dios en el recorrido por la parte superior de la ruta destaca especialmente la densidad y variedad de las masas arboladas por las que se transita que apenas deja ver el paisaje y así se llega a la Selva de Oza y se retorna luego por la carretera con vistas al cauce del río. En el retorno por el camino de los Ganchos destacan de nuevo la frondosidad y diversidad de sus masas arboladas y las vistas hacia los cantiles que descienden hacia el río. Al cruzar el puente de Santa Ana observaremos como se vuelve a encañonar el curso del río Aragón Subordan aguas abajo.

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